Dentro de nuestro interior representamos solamente dos clases de emociones o fuerzas, la negativa y la positiva, el bien y el mal, el blanco y el negro, materia y energía y todos los opuestos que pueda concebir la mente humana, cada una generará un diferente tipo de Karma, bueno o malo según sea la calidad de la emoción que sintamos.
Como resultado de esta dualidad, el ser humano vive en una constante lucha entre el bien y el mal, entre sentimientos positivos y negativos, entre deseos y tentaciones de los cinco sentidos y las respuestas emocionales que despiertan sus acciones en nuestro inconsciente, con las reacciones conscientes resultantes.
Como habíamos dicho ya en capítulos anteriores, no es nuestra acción lo que determina nuestro Karma, es nuestra actitud ante la vida la que lo crea, es decir, no es lo que hagamos sino la emoción que se genera. Dos personas pueden hacer exactamente lo mismo, y cada una tendrá un Karma diferente, dependiendo de la emoción que hayan vivido al hacerlo.
Ejercicio
¿Cómo crees que vas a morir y a que edad?
¿Qué te gustaría que dijera tu lápida? Escribe tu propio epitafio, un elogio para ti mismo.
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